Oración 24-7
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Parte 17 de 30
Hoy es lunes, 12 de diciembre y este Adviento nos estamos preparando para celebrar el nacimiento de Jesús, meditando en la gente incluida en su historia. Hasta ahora hemos escuchado las voces de los profetas que describieron al Mesías que vendría. La semana pasada escuchamos las voces de los hombres atrapados en la historia de la Navidad. Esta semana escuchamos las voces de las mujeres que desempeñaron papeles importantes en la ascendencia humana de Jesús.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieta; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Señor, en esta época de tanto ajetreo, por favor, ayúdame a estar quieta . Abro mis oídos ahora para escuchar cosas increíbles sobre ti, preparando mi corazón calladamente para el milagro de tu venida en Navidad.
Hoy escojo regocijarme en la anticipación de la llegada de Cristo, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en palabras del Salmo 96…
¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
Salmo 96:11-13a (NTV)
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
Que los árboles del bosque canten de alegría delante del Señor, ¡porque él viene!
El Evangelio de Mateo comienza de forma inesperada. Antes de lanzarse al drama de la historia de la Navidad, el autor se toma el tiempo de enumerar la línea ancestral de Jesús…
Tabla genealógica de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Mateo 1:1-6 (NVICST)
Abraham fue el padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos; Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue Tamar; Fares, padre de Jezrón; Jezrón, padre de Aram; Aram, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón; Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab; Booz, padre de Obed, cuya madre fue Rut; Obed, padre de Isaí; e Isaí, padre del rey David. David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías;
Las genealogías del antiguo Oriente Medio no son como los árboles genealógicos modernos. En ellas se trazaba la línea familiar masculina y se incluían o excluían generaciones en función de lo que el autor quisiera destacar.* Mateo elaboró cuidadosamente esta genealogía. Para sus lectores originales, antepasados como Abraham y David formaban parte de las credenciales judías y mesiánicas de Jesús, pero la inclusión de cuatro mujeres en la lista de Mateo tuvo que ser una sorpresa.
En la ascendencia de Jesús, Mateo nombra a: Tamar, una viuda que sedujo a su suegro para buscar justicia (Génesis 38); Rahab, una prostituta cananea que ayudó a los israelitas a tomar Jericó (Josué 2); Rut, una viuda moabita que eligió a su suegra y al Dios de Israel por encima de su propio pueblo (Rut); y Betsabé, una viuda cuyo marido fue asesinado para que el rey David pudiera tomarla como esposa (2 Samuel 11).
Al incluir a estas mujeres, Mateo destaca historias difíciles o impactantes del pasado de Israel. Pienso en mi pasado, en mi familia. Recuerdo las personas y los acontecimientos que han sido dolorosos o difíciles, cosas que preferiría editar de mi historia…
Padre Dios, pongo estos nombres y acontecimientos delante de ti. Si puedes sacar algo tan sanador y bueno de las dificultades de la familia humana de Jesús, te pido que hagas lo mismo con la mía.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
Tabla genealógica de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Mateo 1:1-6 (NVICST)
Abraham fue el padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos; Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue Tamar; Fares, padre de Jezrón; Jezrón, padre de Aram; Aram, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón; Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab; Booz, padre de Obed, cuya madre fue Rut; Obed, padre de Isaí; e Isaí, padre del rey David. David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías;
Las historias de Tamar, Rahab, Rut y Betsabé son complicadas e incómodas. Cada una de ellas experimentó un gran dolor y pérdida, y algunas se vieron envueltas en un escándalo. Sin embargo, cada una de ellas mostró una gran determinación frente a la adversidad y finalmente fueron restauradas a la familia y a la comunidad. ¿Qué dice de Dios el que haya elegido incluir a estas mujeres en la ascendencia humana de su Hijo?
Padre Dios, gracias por acogerme en tu familia. Soy desordenada e imperfecta, pero te ofrezco todo mi ser, la totalidad de mi historia, y te pido que me entretejas en tu misión de restauración.
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama dice en Efesios:
Por lo tanto, ya no soy extraña ni extranjera, sino conciudadana de los santos y miembro de la familia de Dios, edificado sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
Efesios 2:19-20 (NVICST)
(Adaptado en primera persona)
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo,
siendo auténtico contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás,
siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida,
proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
*Sandra L. Richter, The Epic of Eden, (Downers Grove, IL: IVP, 2008), pp. 50-53.
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