Oración 24-7
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Parte 21 de 30
Hoy es viernes, 16 de diciembre. Esta semana, mientras nos preparamos para la Navidad, estamos escuchando a las voces de las mujeres que Mateo nombró en la genealogía de Jesús (Mateo 1:1-17).
**ADVERTENCIA: La reflexión de hoy toca el tema de la violencia física y sexual. Esto puede resultar incómodo para algunos lectores.**
Por lo tanto ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieta; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Señor, en esta época de tanto ajetreo, por favor, ayúdame a estar quieta. Abro mis oídos ahora para escuchar cosas increíbles sobre ti, preparando mi corazón calladamente para el milagro de tu venida en Navidad.
Hoy escojo regocijarme en la misericordia de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en palabras del Salmo 51…
Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno.
Salmo 51:16-17 (NTV)
Tampoco quieres una ofrenda quemada.
El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado;
tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.
Hoy reflexiono sobre la historia de la cuarta mujer destacada en la genealogía de Jesús (Mateo 1:6). Betsabé, la esposa de Urías, tiene una historia dolorosa y trágica…
En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.
2 Samuel 11:1-5 (NVICST)
Una tarde, al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, por lo que David mandó que averiguaran quién era, y le informaron: «Se trata de Betsabé, que es hija de Elián y esposa de Urías el hitita». Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Hacía poco que Betsabé se había purificado de su menstruación, así que quedó embarazada y se lo hizo saber a David.
Algunas personas sugieren que Betsabé sedujo a David, pero al leer su historia me pregunto, ¿qué poder tenía ella para rechazar a un rey? La biblia no dice nada sobre los pensamientos de Betsabé, pero sí habla de las decisiones de David y del juicio de Dios sobre ellas (2 Samuel 11:27; 12:1-10).* Tanto si lo que ocurrió con David fue consentido como si no, Betsabé se encontró en una posición increíblemente vulnerable: embarazada de un hombre que no era su marido.
David rompió tres de los diez mandamientos de Dios en su relación con Betsabé (Éxodo 20:13,14,17). En lugar de amar a su prójimo, tomó egoístamente lo que quería.
Señor, te pido que me muestres dónde he dejado de amar a mi prójimo. Al confesarme ahora, recibo con gratitud tu perdón.
La Organización Mundial de la Salud calcula que aproximadamente 1 de cada 3 mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida.**
Señor, nombro a alguien que conozco que ha sobrevivido a un abuso físico o a una atención sexual no deseada. Acércate a “los quebrantados de corazón y [sana] a los que están abatidos de espíritu (Salmo 34:18).
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.
2 Samuel 11:1-5 (NVICST)
Una tarde, al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, por lo que David mandó que averiguaran quién era, y le informaron: «Se trata de Betsabé, que es hija de Elián y esposa de Urías el hitita». Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Hacía poco que Betsabé se había purificado de su menstruación, así que quedó embarazada y se lo hizo saber a David.
David empeora una mala situación al asesinar al marido de Betsabé y tomarla como esposa. Sin embargo, cuando Dios se enfrenta a David, éste se arrepiente inmediata y profundamente de lo que ha hecho y se arrepiente ante Dios (2 Samuel 12). Al incluir a David y Betsabé en la genealogía de Jesús, Mateo está subrayando que hay perdón y redención para todos en el gran plan de salvación de Dios.
Hoy, Señor, me rindo a ti con la oración de arrepentimiento de David:
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Salmo 51:10-12 (NVICST)
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación;
que un espíritu obediente me sostenga.
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama dice en 1 de Juan:
…Si admito mis pecados—sencillamente los confieso—Dios no me fallará; Él será fiel así mismo. Perdonará mis pecados y me purificará de todos mis errores.
1 Juan 1:9 (MSG)
(Adaptado en primera persona)
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo,
siendo auténtica contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás,
siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida,
proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
*See Wim J. C. Weren, ‘The Five Women in Matthew’s Genealogy’, The Catholic Biblical Quarterly 59, no. 2 (April 1997), p. 300 and Carol A. Newsom, Sharon H. Ringe, Jacqueline E. Lapsley (Editors), Women’s Bible Commentary, Third Edition: Revised and Updated, (Louisville, KY: Westminster/John Knox Press 2012, eBook), p. 159.
**‘Violence against women’, 9 March 2021, World Health Organization (https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women) (accessed on 03.11.22).
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