Oración 24-7
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Parte 27 de 46
Hoy es martes, 29 de marzo y esta semana estamos meditando en el juicio de Jesús delante de los líderes religiosos como parte de nuestro viaje a través de la Pasión en esta época de Cuaresma.
Juntos vamos a orar (O.R.A.R.) de forma muy sencilla cada día – ‘O’: OBSERVAR/parar y estar quietos. ‘R’ – REGOCIJARNOS con un Salmo y REFLEXIONAR en un pasaje de la Biblia. ‘A’ – APELAR/pedir a Dios que nos ayude a nosotros y a los demás y ‘R’ – RENDIRNOS a su voluntad en nuestras vidas pase lo que pase.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieto; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Jesús, Tú eres el camino, la verdad y la vida. A través de esta época de Cuaresma, mientras medito en tu Santa Pasión, que mi amor sea reavivado, para que pueda vivir sacrificada y enteramente para Ti.
Hoy escojo regocijarme en el amor inagotable de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en las palabras del Salmo 23…
Me preparas un banquete
Salmo 23:5-6 (NTV)
en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor viviré
por siempre.
Hoy y mañana medito en uno de mis discípulos favoritos – Pedro – y en cómo responde a la confusión, el miedo y la incertidumbre alrededor del arresto y el juicio de Jesús…
Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se le acercó.
Mateo 26:69-72 (NVI CST)
―Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.
Pero él lo negó delante de todos, diciendo:
―No sé de qué estás hablando. Luego salió a la puerta, donde otra criada le vio y dijo a los que estaban allí:
―Este estaba con Jesús de Nazaret. Él lo volvió a negar, jurándoles:
―¡A ese hombre ni le conozco!
A lo largo de los Evangelios, Pedro ha sido ese hombre apasionado, de acción a toda costa, siempre dispuesto a correr riesgos. Fue el discípulo que salió de la barca en medio de la tormenta para caminar sobre el agua con Jesús.
Pero ahora el miedo y la presión descienden sobre Pedro y parece olvidar quién es realmente. Hace lo que juró que nunca haría.
¿Me siento bajo presión o con miedo en algún área de mi vida? ¿Esto me está haciendo hablar o actuar de forma diferente a como Dios me creó para que fuera?
Ayúdame, Jesús, a serte fiel a ti y a ser la persona que tú quieres que sea.
Pienso ahora en los que viven en lugares del mundo donde son oprimidos y perseguidos por su fe en Jesús.
Jesús: nombro una nación específica ahora. Dale a la Iglesia en ese lugar tu valentía y recuérdales que Tú estás con ellos.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se le acercó.
Mateo 26:69-72 (NVI CST)
―Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.
Pero él lo negó delante de todos, diciendo:
―No sé de qué estás hablando. Luego salió a la puerta, donde otra criada le vio y dijo a los que estaban allí:
―Este estaba con Jesús de Nazaret. Él lo volvió a negar, jurándoles:
―¡A ese hombre ni le conozco!
Pedro debió de sentirse no sólo asustado, sino conmocionado y confundido. Esto no es lo que él esperaba que sucediera con el Mesías. Había esperado que Jesús tomara un trono físico y derrocara a los opresores de Israel. En cambio, Jesús estaba siendo juzgado y podía ser ejecutado por el pueblo que debía guiar. Todo lo que Pedro creía estaba siendo sacudido.
Jesús: puedo llegar a caer en una espiral de confusión y miedo cuando las cosas no suceden como espero. Hoy te entrego de nuevo mis expectativas. Ayúdame a recordar tus palabras y a confiar en ti aunque no entienda nada.
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama, dice en Proverbios 3:
Confía en el Señor con todo tu corazón;
Proverbios 3:5-6 (NTV)
no dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas,
y él te mostrará cuál camino tomar.
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida, proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
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