Has estado orando día y noche... ¿y ahora qué?
Esperamos que hayas celebrado lo que Dios ha hecho y que hayas recibido comentarios positivos de tu comunidad sobre su experiencia en la sala de oración. Pero ahora que has dirigido una sala de oración, ¿cómo puedes mantener el impulso? ¿Cómo puedes seguir respondiendo a Dios?
Aquí tienes algunas ideas:
Nunca es demasiado pronto para empezar a planificar. Dedica un tiempo con Dios, pidiéndole que te de visión para tu próximo tiempo de oración. ¿En qué se parecerá o diferenciará de la sala de oración que acabas de organizar?
¿Podrías involucrar a más personas? ¿Podrías asociarte con otra iglesia para organizar una sala de oración conjunta? ¿Tendrá tu próxima sala de oración un enfoque específico, tal vez en torno a un evento importante o una fecha clave en el calendario de la iglesia?
¿Cómo puedes tomar la pasión por la oración que ha encendido tu comunidad y usarla para alimentar un hambre sostenida por Dios?
Primero – Tómate tiempo para escuchar lo que Dios ha estado despertando en las personas. Una y otra vez, vemos que la oración lleva a la acción: a mostrar el amor de Dios a un mundo que sufre. ¿Hay alguien en tu comunidad que sienta que Dios le ha llamado a actuar? Mantente abierto a nuevas expresiones de oración, misión y justicia en la vida de tu iglesia.
Segundo – Piensa en cómo incorporar nuevos ritmos de oración en la vida semanal, mensual y anual de tu iglesia. Tal vez no puedas mantener la oración 24-7 durante todo el año, pero ¿cómo puedes cultivar tiempos en la Presencia de Dios dentro de la vida de tu comunidad?
Hemos creado docenas de recursos para ayudar a tu comunidad a profundizar en la oración juntos. Después de dirigir una Sala de Oración 24-7, te sugerimos que explores nuestros cursos gratuitos para grupos pequeños y encuentres uno que te ayude a crecer en el área de la oración que más conecta contigo.
El curso de Oración es un curso en vídeo de ocho sesiones con Pete Greig. Basado en su libro Cómo orar, está diseñado para ayudarte a ti y a tu comunidad a explorar la oración, desde la adoración hasta la guerra espiritual, recorriendo juntos la oración del Padre Nuestro.
