4 Mins. lectura
A veces puede parecer más fácil pasar nuestro tiempo de oración hablando con Dios, en lugar de escuchar lo que Dios podría estar diciéndonos.
Dios nos habla de muchas formas: algunas veces solo necesitamos aprender a escuchar lo que Dios pueda querer decirnos.
“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen”.
Juan 10:27
Escuchar puede llevar tiempo, así que elige reservar un tiempo y un lugar que te ayuden a centrarte en Dios
Sentarse en silencio e invitar a Dios a que te hable es una buena manera de empezar: puedes empezar simplemente diciendo: “Habla, Señor, que tu siervo escucha” (1 Samuel Ref).
Es fácil perder la concentración cuando se escucha en silencio: si ves que te distraes o piensas en otras cosas, anótalas y apártalas. También es posible que tus pensamientos te ayuden a orar.
Para mantenerte centrado puedes reflexionar sobre un versículo sencillo como el siguiente: “Estad quietos y conoced que yo soy” (Salmo 46:10)
Dios puede hablar de muchas maneras diferentes: a través de nuestros pensamientos, sentimientos, la Biblia, las experiencias o incluso lo que nos rodea.
Si ves que tu mente se desvía hacia una palabra específica, un pasaje bíblico o una imagen, presta atención y comprueba si Dios puede estar hablando (¡consulta la guía más abajo!)
How to Pray, capítulo 9, Escuchar
Elcurso deoración, sesión 7, Escuchar
La caja de herramientas de El curso de oración: Sección para escuchar
Ya disponible en inglés: How to Hear God: A Simple Guide for Normal People, de Pete Greig
No te preocupes si no escuchas nada, o si los pensamientos en tu mente son aleatorios – ¡todo forma parte del proceso de aprendizaje! Escribe notas y continúa leyéndolas, ya que más tarde podrás descubrir que Dios está hablando.